La situación excepcional que llevamos viviendo desde hace semanas ha tenido efectos en todos los niveles de la sociedad y el mercado inmobiliario no podía quedarse atrás. Muchas de las operaciones que estaban en marcha antes del inicio del estado de alarma se vieron, de pronto, paralizadas o retrasadas. Además, el gobierno adoptó diversas medidas para que el mercado del alquiler capease la crisis.

Pero, con el inicio de la desescalada, el mercado inmobiliario se está reactivando. ¿Qué cambios va a traer la nueva normalidad a nuestro sector? ¿Qué pueden esperar los propietarios del comportamiento de compradores e inquilinos? A continuación, lo analizamos.

Una nueva forma de concebir nuestro hogar

Tras más de dos meses de distancia social y aislamiento, muchas serán las personas que se replanteen qué desean para su hogar. Más allá de las prestaciones que tenga el inmueble deseado (precio, parking, calefacción, etc.), los espacios y la ubicación parece ser que cobrarán cada vez más importancia en la mente de los potenciales compradores.

Estar encerrado tantas semanas hará que muchos se pregunten si deben buscar una casa más grande que les permita diferenciar espacios de ocio y teletrabajo. Del mismo modo, se espera que los compradores busquen disfrutar de una superficie mayor para que todos los miembros de la familia puedan tener su espacio personal o que les permita hacer ejercicio en casa.

Además, la posibilidad de un rebrote en los próximos meses o años y la posibilidad de un nuevo encierro, hará que se revaloricen las propiedades con espacios al aire libre, como terrazas y patios, o cerca de zonas verdes.

Si estás pensando en vender una propiedad con muchos metros cuadrados y terraza o balcón amplio, ahora será un buen momento para hacerlo, pues habrá demanda de este tipo de viviendas.

Movimientos hacia el extrarradio

Muchas familias estarán dispuestas comprar vivienda y trasladarse a las afueras de las ciudades o a los barrios periféricos en el nuevo escenario. Este cambio en las preferencias de las personas hará que la demanda se desplace hacia el extrarradio, donde es más posible encontrar propiedades con esas características a precios más bajos.

Aun así, a corto plazo, esto hará que se acentúe el llamado “efecto mancha de aceite” y, ante el aumento de la demanda, poco a poco, los precios empezarán a subir en las áreas metropolitanas equiparándose a los del centro de las ciudades.

Más allá de esto, el aumento del teletrabajo puede tener otra consecuencia: que haya un desplazamiento notable de personas desde grandes ciudades a núcleos urbanos más pequeños o pueblos.

Evolución del precio de la vivienda

El desplazamiento de la demanda hará que los precios bajen ligeramente, pero no parece que la bajada de precios vaya a ser destacable en el sector inmobiliario. Además, tal y como ya hemos comentado, lo más probable es que los precios se incrementen en zonas alejadas del centro de las ciudades.

Aun así, hay que tener en cuenta que hasta que no se supere la crisis sanitaria y se levante el estado de alarma, el volumen de operaciones de compraventa habrá bajado. Algunos expertos las sitúan a niveles de 2012, con un descenso de hasta el 20%, mientras que analistas más optimistas lo cifran en un 10 o un 15%. Como sea, se espera que sea un frenazo momentáneo hasta que la actividad del mercado inmobiliario pueda recobrar el ritmo.

Una vez termine la desescalada se prevé una reactivación del mercado. Por lo que será un buen momento para poner a la venta propiedades, sobre todo si cumplen con las características que buscarán los potenciales compradores: espacio y zonas al aire libre.

Te puede interesar: Cómo revalorizar un piso ¡y venderlo mejor!